Suena el despertador. Saltás de la cama. Te duchas. Te vestís a la velocidad de la luz con lo primero que viste cuando abriste el ropero (o lo que había en la vieja y querida “silla de la ropa”, sé que la tenés 😉)
Desayunas. Preparas todo para la jornada. Estás por salir de tu casa, pero antes, una pasadita por el espejo y… UFFF, (sonido del alma, que se te vino al piso) Pensás “¡para qué me miré!”
Te das cuenta de que tenés puesta la clásica combineta: uniforme de negro/gris/blanco. Esa combinación que nunca falla, pero que tampoco proyecta la persona divertida y alegre que sos. Ni siquiera te gustan esos colores.
Te ves cansad@, tus ojeras son dignas de tener su propio documento de identidad. Y eso porque otra vez hiciste tiempo para todo y todos, menos para dedicarte a vos ¿Dónde está esa persona llena de energía y ganas?
Te encantaría verte mejor. Amarías verte al espejo y verte tal como sos. Abandonar esta versión 2020 de tu yo (vos me entendés).
Pero sucede que te ves desarreglad@, no te gusta verte y sentirte así, pero ¡ey! tampoco es que tenés tiempo para hacer algo al respecto ¿no? NO, hay mucho que se puede hacer.
¿Y si te digo que esta historia puede ser otra? Que es posible que te mires al espejo y te guste como te ves y sentís. Que podés proyectar la viva imagen de esa persona que sos, seas como seas. Que podés aceptarte como sos y como te ves, porque una cosa va de la mano de la otra.
Y todo eso depende exclusivamente de vos.
¿Cómo? Te invito a que te registres a mi Mastersession gratuita “Cómo reflejar tu ser” a realizarse el jueves 10 de diciembre a las 19 horas vía zoom, para que junt@s emprendamos un nuevo camino hacia tu transformación.
